-Tenga cuidado con llamar hereje a su hermano, pues a Jesús lo llamaron así.
-Tenga cuidado con llamar endemoniada a su hermana, pues a Jesús lo llamaron así.
-Tenga cuidado de llamar blasfemo a su hermano, pues a Jesús lo llamaron así.
-Tenga cuidado de llamar falsa maestra a su hermana, pues a Jesús le llamaron así.
-Tenga cuidado de llamar comelón y bebedor a su hermano, pues a Jesús le llamaron así.
-Tenga cuidado de llamar agitadora foránea a su hermana, pues a Jesús le llamaron así.
-Tenga cuidado de decir “Dios lo castigó, por eso le vino desgracia, pobreza y muerte”, pues Jesús pasó pobreza, desgracia y muerte.
-Tenga cuidado de decir, «está sola y nadie le cree, por eso Dios no está con ella», pues a Jesús le pasó esto, ni su gente creyó en él y lo dejaron solo.
-Tenga cuidado de decir «a este solo le cree el populacho ignorante» pues eso dijeron los fariseos sobre los seguidores de Jesús.
-Tenga cuidado de decir, nadie de tu fe te cree, solo te siguen los gentiles, pues eso le pasó a Jesús
-Tenga cuidado de decir, «no le creas, miran con quién se junta», pues de Jesús dijeron así.
-Tenga cuidado de decir «Dios ha bendecido a esa persona, mírenlo pasearse con los gobernantes y líderes, miren su prosperidad y su éxito» porque la vida de Jesús fue todo lo contrario.
Antes bien, no hay que mirar esas cosas, esas cosas pueden o no pueden pasarle a cualquier grupo o predicadora, es mejor preguntarse ¿ha dado esta persona amor a los que nadie ama? ¿ha dado su vida por aquellos que ni la religión quiere mirar? ¿ha dado todo o se ha quedado con todo? ¿Lidera o sirve? ¿Es más manos que rostro? Pues eso es lo que hacía Jesús.
Por sus frutos los conocerás, no por la superficialidad.
