El manso testimonio de los hermanitos del Congreso.
Esta deleitándose en su propia corrupción.
Me pregunto, los puristas que ni dan las manos a algunos que consideran pecadores (sin mirarse a sí mismos) ¿no dirán nada a quien habla y habla de Dios y del evangelio y lleva la Biblia al Congreso mientras se divierte en aquello que la Escritura claramente condena? ¿No rasgan vestiduras? ¿No salen advertir el peligro y la locura?
Es que es tremendo!